San Antonio María Gianelli



Antonio Gianelli nació en tierra Ligur, en Cereta, pequeña fracción de Carro, en una familia pobrísima que cultivaba tierras arrendadas. Era el 12 de abril de 1789y al niño se le puso en la pila bautismal Antonio María. Éste no creció de inmediato en el asilo, sino en casa y asimiló la educación con la leche materna.

Si a la puerta de Gianelli llamaba el pobre, siempre había un pedazo de pan para él, porque ya decía su padre: "También los pobres tienen boca", aunque pobre era él mismo. Estaba dispuesto, si hubiera sido necesario, a comer él menos.

Al atardecer, en derredor de la cena frugal, junto al fuego en invierno y en verano al aire libre, el Rosario; cuatro palabras sobre el tiempo y, luego, a la cama a soñar con los ángeles y los santos, los ganados y los campos.

Así, en la escuela de su madre y de su padre, entraron en el corazón de Antonio la caridad y la piedad. En la escuela para niños fundada por el Párroco de Castello, realiza sus primeros estudios. Hasta los 18 años distribuye su tiempo entre la preparación académica, la oración, el catecismo, el servicio a las familias labriegas y las obras de caridad.

Una acaudalada genovesa, propietaria de los terrenos que sus padres cultivaban, le facilita la entrada al Seminario de Génova. Continúa con éxito sus estudios, pero sobre todo cultiva la piedad y la mortificación.

El 24 de mayo de 1812, día dedicado a la Santísima Trinidad, en la Iglesia de Nuestra Señora del Carmen de Génova, dejando atrás todos los sacrificios de una espera anhelante, a la edad de 23 años era sacerdote. Y poco tiempo después, de fiesta el corazón, celebraba la primera Misa en Cereta, entre la alegría de los suyos y la admiración de los paisanos. En 1813 es destinado como ayudante del Abad de la Iglesia de S. Mateo en Génova, donde permanece por dos años. En Cáracari, Diócesis de Acqui se desempeña como profesor modelo, en el Colegio de los Escolapios durante el curso escolar 1815-1816.

Conocido y apreciado por el Cardenal Spina es llamado al año siguiente al Seminario de Génova y se le confía la Cátedra de Retórica, que Gianelli ejerce por 10 años. Fue nombrado asimismo Rector de disciplina en 1822, y en la carta de elección se ponían ya de relieve "su singular piedad y celo". Años plenos de intenso trabajo y responsabilidad al servicio de futuros sacerdotes de los que quiere: "Sean doctos, sí, pero por sobre todo santos".

En 1826, el Cardenal Arzobispo de Génova, Mons. Lambruschini lo nombraba Arcipreste de S. Juan Bautista de Chiávari. Lo presentó a los chiavareses con esta recomendación: "Os envío la flor más bella de mi jardín".Y vuelto a Gianelli: "haga de cuenta que emprende una misión, no de pocos días, sino de 10 o 12 años..."

¿Fue una profecía? Estos 12 años de intensa actividad apostólica sacerdotal son, al mismo tiempo, escuela de ascética y pastoral, que preparan a Gianelli para una más difícil y sublime misión. Un día de otoño de 1837, le llegó un oficio cerrado. Era la noticia de su designación para Obispo de Bobbio.

En la Catedral de San Lorenzo, en Génova, Antonio María es consagrado Obispo el 6 de mayo de 1838 por S. Excia. el Cardenal Tadini. Aquella tarde un amigo suyo, rector del Seminario de Génova, confiaba a sus seminaristas: "Hoy he asistido a la consagración episcopal de un santo".

El 8 de julio, Monseñor Gianelli inicia su ministerio de Padre de la Fe en la Diócesis de Bobbio. El 26 de mayo de1839 estaba en Roma, felicísimo de poder tomar parte en la canonización de S. Alfonso, su amado protector. A la vuelta se detuvo en Pisa y sus compañeros de viaje lo invitaron a disfrutar del concurso pirotécnico de la tarde... Gianelli los miró maravillado; después añadió resuelto: "Vamos, vamos a Bobbio, que las almas esperan".

En la primavera de 1846 se le aconsejó un cambio de aire y de este modo fue a Piacenza en donde estaba el Excmo. Mons. Sanvitali. A duras penas podía celebrar. Salía un poco de paseo en coche para tomar algo de aire, y se acercaba hasta la imagen de la Virgen, a las afueras de la ciudad, allí arriba tomó una insolación que fue para él el golpe fatal.

Consumido por las fatigas apostólicas vivió pocos años y el 7 de junio de 1846 murió en Placencia.

Los favores celestiales, alcanzados de Dios por su intersección, llamaron la atención de los fieles. Fue abierto el proceso de sus virtudes en 1890 en Piacenza, en Génova y en Bobbio. Los testigos se presentaron ante los tribunales eclesiásticos para deponer acerca de las virtudes de Gianelli bajo la santidad del juramento.

Terminados los procesos apostólicos, el 11 de abril de 1920 el Papa Benedicto XV expedía el decreto de la heroicidad de virtudes del Siervo de Dios, Antonio María Gianelli. Pío XI, aprobados los milagros, lo declaraba Beato en el Año Santo de 1925.Movida de nuevo la causa y reconocidas dos milagrosas curaciones, una de la niña Ravera Zattera de Lévanto y otra del niño Aldo Simonelli de La Spezia, el Papa Pío XII, procedió, en el año 1951, a la solemne Canonización.

La Iglesia lo cuenta entre sus Santos desde el 21 de octubre de 1951.



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